
En el año 2016, por curiosidad, también un poco por necesidad, empecé a acercarme al derecho de las nuevas tecnologías, motivada por el asombro que me causó descubrir los Sistemas de Información Geográficos. Sí, casi sesenta años después del primer SIG del mundo.
Desconocía la magnitud, el valor y el impacto que la gestión de los SIG ha tenido en la organización de las bases de datos, el diseño de los nuevos modelos de negocio, y la integración de la innovación en diferentes segmentos de mercado… Todo esto, lo he ido descubriendo con el paso del tiempo.
De lo que sí tenía noción, aunque vaga, era de la existencia de los datos personales y de la regulación del tratamiento de estos.
Supuse también, que si de alguna mente humana surgían mapas “interactivos”, algún mecanismo de protección legal, debería existir para estas creaciones y la titularidad de sus creadores.
Con este par de herramientas – noción y curiosidad – inicié la aproximación al derecho de las nuevas tecnologías. Para satisfacer mi curiosidad y la necesidad de transportarme por ciudades latinoamericanas en bicicleta, más ubicada en el espacio.
¿Qué he encontrado?
- Que la ciencia es la columna vertebral de lo que sucede en el universo digital. Todo aquí sucede gracias a un fenómeno físico, por la matemática aplicada y en función de reacciones químicas.
- Que las nuevas tecnologías, no son tan nuevas. Son la evolución de tecnologías usadas desde hace varios siglos.
- Que las regulaciones carentes de fundamentos técnicos y de contexto son ineficientes.
- Que los datos además de las estipulaciones legales o regulatorias, se gestionan dependiendo del volumen y los formatos de recolección – estructurados, semiestructurados, no estructurados –
- Que la propiedad intelectual tiene sentido cuando se convierte en activo, y este se gestiona diligentemente; así la gestión, sea mediada por modelos de licenciamiento libres, abiertos o gratuitos.
Pasados seis años de iniciar el camino por el derecho de las nuevas tecnologías, mi curiosidad y mi capacidad de asombro cada vez se avivan más. Con las ideas, los procesos, los proyectos, las validaciones, las adopciones, los hábitos, y las herramientas derivadas de las creaciones humanas; y con la generosidad que el internet y sus funcionalidades nos permiten compartir.
Y tú, ¿Qué has encontrado haciendo uso de las tecnologías digitales y considerando la intersección con el derecho?
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